LA INDUSTRIA: PATHÉ FRÈRES Y FERDINAND ZECCA.

 

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Charles Pathé en 1894, acudió a una feria donde se exponía el famoso fonógrafo de Edison y tuvo la idea de convertir a las audiciones de dicho invento en un negocio. Logró obtener prestados setecientos francos y adquirió el artefacto creado por Edison. junto con su esposa se convirtió en un trashumante de¡ mencionado negocio de las audiciones y la suerte comenzó a sonreírle.
Dos años más tarde (1896), encontramos a Pathé como el capitán de una pequeña empresa dedicada a la fabricación y venta de fonógrafos, la Pathé Fréres, fundada junto con sus hermanos Emile, Jacques y Théophile.
La pequeña pero próspera empresa logra la asociación con el poderoso grupo financiero Neyret, de Lyon, y con ello Pathé ingresa en el cerrado círculo de la gran industria francesa.
Pero la cadena de éxitos económicos no paró allí. Seriamente interesado y fascinado por los prodigiosos inventos de Edison (el Kinematoscopio) y de los Lumiére (el Cinematógrafo), Pathé decidió probar fortuna también en el campo de las imágenes en movimiento: auxiliado por el mecánico Henri Joly fabricó una cámara tomavistas similar a la de los Lumière y de inmediato comenzó la filmación de su primer corto: La llegada del tren de Vincennes (1897), claramente influida por la célebre La llegada del tren de los creadores del cinematógrafo. A partir de entonces, El cine, convertido ya en mero producto de la fabricación en serie, ira cimentando sus esquemas comerciales, a saber: contratación de técnicos, directores y otro tipo de trabajadores, lo que implica, casi necesariamente, una subordinación de los intereses creativos (artísticos) a los dictados del mercado; impulso de las figuras que se detectan como populares (es decir, el tan llevado y traído Star-system); apertura de sucursales en otras areas geográficas para comerciar con el espectáculo fílmico, etcétera.
El brazo derecho de la empresa capitaneada por Pathé fué Ferdinand Zecca, desplegando una vastísima actividad fílmica como actor, guionista, decorador y director. Contemporaneo de Melies, fué capaz de partir de su estilo, lleno de trucos y fantasia, muchas veces casi plagiado, hasta obtener un estilo y una narrativa muy propias. Sus cintas escapan a la teatralidad propia de¡ cine de Méliés. Es mas «realista». Su lenguaje se vuelve ágil, ligero; por ejemplo, sus planos ya no son generales sino que a veces emplea planos mas cercanos, como el tres cuartos. En algún momento incluso se atrevió con los primeros planos detalle. Además, su sentido de la continuidad visual y temporal, está mucho mas definida. Es necesário reconocer la influencia que ejerció en todo esto la llamada «Escuela de Brighton», formada por algunos directores británicos en el reino unido por aquel entonces. Sus cintas más aclamadas y en las que puede apreciarse una libre experimentación estilístico‑narrativa son: Un idylle sous un tunnel (1901), El amante de la luna (1905), Historia de un crimen (1901), Las víctimas del alcohol (1902), La vida, Pasión y Muerte de Nuestro Señor jesucristo (1902‑1905), entre muchas otras. Los aportes que logra De Zecca en éstas y otras cintas son innumerables. Baste decir que su tendencia al realismo va a sentar las bases de futuros movimientos de capital importancia para la historia del desarrollo estético cinematográfico como el «realismo poético francés» o el «neorrealismo italiano».
El primer imperio del celuloide habría de vivir bastantes años hasta su quiebra en 1939.

~ por cineojo en noviembre 2, 2007.

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